En la calle Cachimayo mi tía (abuela) Chita (así le decian, tiempo después supe que se llamaba Cecilia), tenía una tienda, donde yo pasaba mucho tiempo, era un negocio antiguo, fresco y oscuro, con el mostrador en forma de C y con la casa detrás, en uno de los laterales de la tienda, en el bajo de la escalera había una pequeñísima cocina, donde mi tío Juan (el hermano) me preparaba el desayuno con unos panes trenzados con semillas de amapola encima. Uffff, sabores, colores, olores, luces sepias, siempre. Que cosa la memoria.
Fragmentos sin futuro 19
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*Durante los últimos tiempos, distintos fragmentos —voces de ninguna parte
bien cercana— me dieron plenamente en la cara; algunos son principios de
histor...
Vivian Maier - Self Portraits is out!
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Gab
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